NEGLIGENCIAS MÉDICAS TRAS LA PANDEMIA COVID-19
En 2019, antes de la pandemia, se calcula que el número de denuncias por negligencias médicas superó las 14.000.
La causa principal de esas negligencias tenía por origen, según la Asociación de Defensa del Paciente, los errores de diagnóstico.
En 2020 hubo una caída del número de denuncias por negligencias médicas, alcanzando los 10.500 casos.
El motivo fue que durante el estado de alarma las negligencias “desaparecieron”. No es de extrañar pues la población fue “recluida” en sus hogares por casi 100 días.
En ese período se suspendieron cirugías y las principales reclamaciones estuvieron relacionadas con muertes en las residencias de mayores y asuntos de bajas laborales por la pandemia.
La pandemia ha revelado los puntos fuertes de nuestra sanidad pública y privada, que ha respondido aceptablemente bien al desafío del virus que sigue asolando al mundo.
Pero también los puntos débiles, en especial la falta de recursos, dejando de atender otras enfermedades que quedaron en un segundo plano. En especial, enfermedades cardiovasculares y cánceres.
Los casos más habituales de negligencias médicas en el último año se atribuyen a mala praxis: intervenciones mal realizadas; altas precipitadas; atención deficiente; infecciones hospitalarias; retrasos en ambulancias, etc.
Sin embargo, la principal razón y la que más preocupa, es la del error de diagnóstico y la pérdida de oportunidad para curar al paciente.
Se considera diagnóstico médico incorrecto: cualquier valoración médica que no responda a la realidad de lo que sufre o padece el paciente como proceso patológico. Puede ser debido a omisión de pruebas pertinentes; valoración incorrecta de estas; retraso en su práctica, etc. El error se pone de manifiesto posteriormente con otras pruebas o con aquella que no se realizó.
Los tribunales hablan de pérdida de oportunidad cuando se considera que las posibilidades de haber realizado una actuación médica en el momento oportuno (sin retraso justificado), habrían producido otro resultado diferente al ocurrido: la lesión o la muerte del paciente no atendido, cuando correspondía. Es decir, la probabilidad alta de que la evolución del paciente hubiese sido otra, aunque se puede afirmar con certeza. Por eso, se habla de “oportunidad perdida”. Y esa oportunidad se valora y tiene un precio. Cuando los tribunales reconocen la existencia de la misma, se indemniza.
Por ejemplo, ocurre cuando a alguien no le detectan un cáncer durante meses y finalmente se descubre que el paciente lo tenía y está en un grado de desarrollo que, hace ineficaz del tratamiento curativo. Nadie sabe con certeza si, al haberlo tratado médicamente en el momento oportuno, el paciente se hubiera curado. Sin embargo, no ha tenido esa oportunidad.
Las principales consecuencias de las negligencias médicas que se dieron en 2020 son:
- fallecimientos por negligencias
- resultado insatisfactorio en cirugías plásticas y estéticas
- nacimientos con alguna discapacidad
- fallecidos por no recibir la ambulancia a tiempo
- fallecimientos por infecciones hospitalarias
- incapacidad después de intervenciones quirúrgicas
- afectados por depilaciones láser
- contagios por hepatitis C
- altas de personas en malas condiciones para ir a trabajar
Los servicios más denunciados por negligencia médica en 2020 fueron y por orden de importancia:
- listas de espera
- cirugía general
- urgencias
- traumatología
- ginecología y obstetricia, odontología
- maxilofacial
- transporte sanitario y ambulancias
- anestesia y reanimación
- cardiología
- oncología
Por estadística, la probabilidad de que ocurra una negligencia médica es pequeña, pero el riesgo existe, y los ciudadanos tienen que saber cómo actuar para detectarla y poner el caso, de forma inmediata, en manos de un abogado especialista negligencias médicas.
El factor tiempo es muy importante porque afecta a las posibilidades de éxito de la reclamación de los daños y perjuicios.
El seguimiento médico de lo ocurrido y contar con una documentación adecuada de la evolución de las lesiones es fundamental para luego poder exigir una indemnización.
En la primera reunión, como abogado especialista le solicitaré una copia íntegra de la historia clínica; notas médicas de la evolución; pruebas diagnósticas; fotografías; informes médicos previos y posteriores a la presunta negligencia.
A partir de ahí, como abogado valoraré el caso concreto, recabando informes preliminares a mis peritos médicos especialistas y le indicaré los pasos a seguir: la presentación de una reclamación extrajudicial al médico o centro sanitario y a su compañía aseguradora; o el inicio de un proceso judicial para reclamar y recibir una indemnización.
Por todo ello, en el supuesto de haber sufrido una mala atención sanitaria o médica que considere que no es justificable y que le haya causado un perjuicio o daño físico o moral, no dude en CONTACTAR conmigo.